viernes, 26 de julio de 2013

Recuerdos sin nombre

Cuando la insensibilidad del alma es inmensa, aún los recuerdos menos gratos son los más apreciados, quizás pretendiendo sentir algo de vida en el interior de un ser que se aisló en un mundo tranquilo de sueños hiperactivos dejando que su esencia sea sincera entre una copa de vino tinto y una canción que trae a la mente hechos pasados en un recuerdo presente.
Y entre sueños con ojos abiertos se ven fantasmas que surgen en penumbras sin horizontes, o quizás solo sean sombras de un pasado sin adjetivo o siluetas soñadas de amores sin nombre que dejaron su esencia marcada en cada historia que intento tener un final, quizás feliz.

En palabras, se escudan los sentimientos de los pensamientos que no se atreven a confesar su verdad, aquella que quedó como parte de recuerdos sin nombre pero que están tatuados en el alma para no ser borrados ni con la intención de mil poetas en protesta por la calle sin camino donde andan los dilemas perdidos.

Y hoy, en esta noche, algo fría, se recuerda la canción de un jueves cobarde que habla de la princesa que anda por el boulevard de los sueños rotos, intentando olvidar en en 19 días y 500 noches, mientras se escucha la canción más hermosa del mundo.



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