miércoles, 1 de mayo de 2019

Hay que atreverse


Hay que atrevernos a perderlo todo para ganarlo todo...


Hoy mientras viajaba en bus de transporte público, subió un muchacho de nacionalidad venezolana con un violín, habló un poco y luego cordialmente invitó a los eventuales pasajeros a escuchar la melodía que iba a tocar. La verdad es que yo llevaba 16 horas de viaje en bus desde la Ciudad de Arequipa hasta la Ciudad de Lima, una caminata con una mochila pesada bajo el sol y mucho cansancio antes de una larga espera antes de volver a embarcarme para el siguiente viaje. Confieso que al principio sentí molestia por ver otra persona subiendo a los buses, algo que normalmente no siento, pero cuando comencé a escuchar la melodía de aquel violín, recordé el libro que estoy leyendo que habla del poder del ahora; entonces cerré los ojos, respiré, me relajé y me dejé llevar por el momento.

En aquel instante, comprendí entre la música que hay que tener mucho valor para demostrar nuestro talento, para comprender nuestra significancia, para enfrentar lo adverso, para conquistar lo imposible, para alegrar a un pesismista que olvido sonreír y agradecer cada día, sobretodo en este mundo. Hay que tener valor para cerrar los ojos, limitar los pensamientos, alejar el ego, romper con el ilusorio pasado, perdonar, perdonarnos, perder el miedo a lo nuevo, involucrarnos en una nueva vida interior y sobretodo sentir amor de verdad.

En todos los tiempos, vidas, procesos e historias, han habido crisis; pero depende de la actitud, predisposición y decisión con la que se afronta cada instante de la historia para convertirla en una oportunidad para aprender, crecer y evolucionar hasta el límite.

En este momento, millones de personas están dejando su vida, su tierra y a su familia, en búsqueda de una oportunidad; y muchos de ellos no hacen nada mejor que mostrar su talento y una buena actitud, que no es comprendida en su real magnitud; pues atrapados en los conflictos de nuestra mente y miedos, es fácil olvidar al prójimo y recordar que todos somos humanos; y es en este momento cuando recuerdo una frase escrita por una amiga, "yo tampoco se como vivir, sólo estoy improvisando", precisamente nos hemos olvidado de improvisar, de ser espontáneos.

Hay que atreverse a hacer lo que se debe hacer... 

Justo ahora estoy escribiendo después de mucho tiempo, después de varios acontecimientos que tal vez cuente en alguna loca y fantástica historia de esta mente que pretende liberarse de todas sus cadenas; me estoy atreviendo a escribir sin percibir la justa conjugación de mis frases y la real coherencia de mis ideas, pero tenía que hacerlo algún día mientras tuviera esta energía vital interna que me mueve, que nos mueve a todos siempre en el universo...