martes, 27 de agosto de 2013

Momentos y palabras

Maldito sea el momento en el cual la complejidad de mil vidas experimentadas en un instante apagaron el brillo de aquellos ojos recordados en sueños sinceros y secaron los anhelos de infancia...

Absurdo sea el momento en que poses estúpidamente intelectuales y palabras tontamente interesantes ocultaron los sentimientos hasta cubrirlos con vergüenza insensible que mataron los dones de la esperanza...

viernes, 16 de agosto de 2013

Comenzar de nuevo sin punto de partida


Comenzar nuevamente es difícil porque se tienen que vencer los miedos originados en el pasado y afrontar la incertidumbre del futuro; pero para hacer cambios reales en nuestras vidas, tenemos que salir de esta zona segura y de comodidad para vivir una nueva etapa donde hay mucho por ganar cuando arriesgamos y apostamos por la vida en verdad.

Y la gente que está cerca a nosotros influye, sumando o restando elementos. Los que suman enriquecen nuestra existencia; pero los que restan nos alejan de nuestros sueños creyendo que les debemos explicaciones, éstos muchas veces nos confunden con halagos y palabras que endulzan los sentidos; en cambio, los que nos aprecian de verdad se muestran tal como son, con defectos y virtudes, y nos aceptan tal como somos.

La vida es un aprendizaje constante de lo bueno y lo malo con mente crítica y sabía para tomar las decisiones adecuadas sin hacer daño al prójimo...


jueves, 8 de agosto de 2013

Los besos que Nataly dibujó

En una de aquellas historias de sentimientos, él conoció a Nataly, y en aquel primer instante de un pacto tácito, las miradas atrevidas dirigidas entre ojos tímidos de dos seres que admiraban mutuamente sus labios con ansias de descubrir el sabor que según se cuenta, es dulce. Sin planes y sin ataduras, dos seres se fusionaron perfectamente hasta encontrar, casualmente, un momento para permitir que las sensaciones añoradas se expresen después de mucho tiempo.


Pero fueron los delicados labios de Nataly, los que dibujaron besos en el cuerpo inspirado de él hasta resucitar esas sensaciones perdidas en momentos pasados que deberían ser olvidados pero que lógicamente quedaron marcados en la historia.

Quizás, han sido sólo momentos de encuentros fugaces y breves, pero en la memoria del cuerpo, queda la complicidad de noches traviesas que se confundieron con la voz armónica de ella y con el aroma de su tersa piel que nunca dejó de ser besada hasta llegar al alma.

Pues en aquellos besos con Nataly, surgieron sentimientos que la mente intentaba reprimir pero que, seguramente, los cuerpos se comunicaban magnéticamente hasta enloquecer en la pasión de amantes sin sentido cuyas voces se tientan cuando se cruzan en el secreto de aquel pacto tácito.

Y en una noche esperada, Nataly y él, jugaron nuevamente en el jardín cómplice de sueños reales de pasión hasta que se revelaron sentimientos casi obvios pero que ellos evitaron decir porque, tal vez, es mejor que los cuerpos de ambos queden impregnados con perfumes cruzados entre caricias de manos aún temblorosas de él y de los besos que Nataly dibujó.

martes, 6 de agosto de 2013

Un concepto diferente de la vida, del incio y del final

Hace casi un año, leí una historia que me hizo pensar mucho sobre la vida, y de alguna manera me di cuenta que somos seres formados por pensamientos y sentimientos, lo cuales compartimos en cada interacción con la gente que nos rodea, y de alguna manera vamos trasmitiendo nuestra esencia, y en ella van muchas ideas.
Lamentablemente, muchas veces esas ideas trasmiten miedo, el cual nos detiene cuando queremos avanzar. Ese miedo no nos permite avanzar, muchas veces por temor a fallar, errar o perder; pero el mayor miedo es conocer la verdad, aquello de seguro nos hará sentir libres y con esperanza. 
Y esta linda historia (parábola) nos abre la mente con un toque de esperanza que no podemos dejar de disfrutar y cuyo mensaje se debe aprovechar...


PARÁBOLA DE LOS GEMELOS
Una conversación fascinante.

Autor: Henry J. M. Nouwen

En el vientre de una mujer embarazada se encontraban dos bebés. Uno pregunta al otro:
-¿Tú crees en la vida después del parto?
- Claro que sí. Algo debe existir después del parto. Tal vez estemos aquí porque necesitamos prepararnos para lo que seremos más tarde. 
- ¡Tonterías! No hay vida después del parto. ¿Cómo sería esa vida? 
- No lo sé pero seguramente... habrá más luz que aquí. Tal vez caminemos con nuestros propios pies y nos alimentemos por la boca. 
- ¡Eso es absurdo! Caminar es imposible. ¿Y comer por la boca? ¡Eso es ridículo! El cordón umbilical es por donde nos alimentamos. Yo te digo una cosa: la vida después del parto está excluida. El cordón umbilical es demasiado corto. 
- Pues yo creo que debe haber algo. Y tal vez sea sólo un poco distinto a lo que estamos acostumbrados a tener aquí.
- Pero nadie ha vuelto nunca del más allá, después del parto. El parto es el final de la vida. Y a fin de cuentas, la vida no es más que una angustiosa existencia en la oscuridad que no lleva a nada. 
- Bueno, yo no sé exactamente cómo será después del parto, pero seguro que veremos a mamá y ella nos cuidará. - ¿Mamá? ¿Tú crees en mamá? ¿Y dónde crees tú que está ella?
- ¿Dónde? ¡En todo nuestro alrededor! En ella y a través de ella es como vivimos. Sin ella todo este mundo no existiría. 
- ¡Pues yo no me lo creo! Nunca he visto a mamá, por lo tanto, es lógico que no exista. 
- Bueno, pero a veces, cuando estamos en silencio, tú puedes oírla cantando o sentir cómo acaricia nuestro mundo. ¿Sabes?... Yo pienso que hay una vida real que nos espera y que ahora solamente estamos preparándonos para ella...

lunes, 5 de agosto de 2013

Horas sin tiempo

"Son horas sin tiempo de pesados recuerdos pasados en comprimidas y pequeñas mentes sin fondo que terminan en presentes con esperanza pasajera, y alguno que otro futuro inciertamente esperado en tonos soñados."

A veces, pensamos en el tiempo vivido, que olvidamos que estamos viviendo y no nos acordamos del futuro; porque el peso de lo que cargamos es tan grande que agobia nuestra intención de disfrutar cada instante de vida.
Y son momentos prestados, los que gastamos cada momento de tregua y silencio, pensando en los pocos y estrechos caminos que nos llevan a algún lado.
Y tal vez no son pocas las oportunidades sino egoístas y cobardes las intenciones de aprovechar cada oportunidad, pues para avanzar, debemos perder el miedo al cambio y a los desconocido, que nos congela en el mismo tiempo y lugar.
Tal vez esta mañana, esta noche, este día o el momento que menos esperas sea el indicado para darle un giro a esta ya conocida y conformista realidad.