martes, 23 de julio de 2013

La Luna, muchos años después

"Cuando la realidad se llena de circunstancias que nos llevan al borde, surgen en la naturaleza y en el universo elementos simples pero maravillosos que compensan la vida hasta donde la conocemos..."

Y así empezó esa friolenta noche, con muchas ganas por ver la Luna en su máximo esplendor; y pensando cual sería el mejor lugar, fue el techo el punto más oportuno, aquel que permitía tener una mejor vista del cielo despejado en Invierno.

Y en el trance del momento mirando la Luna, vinieron a la mente aquellos recuerdos de la adolescencia, como cuando durante el Verano, era agradable tirarse sobre el techo de la casa para mirar también aquel cielo despejado de esta ciudad, hipnotizado por tantas estrellas hasta quedar dormido y despertar en el silencio de aquellas madrugadas.

Y ahora, muchos años después, se percibe una casi olvidada pero conocida sensación, y aún al mirar el cielo, se intentamos perdernos en la bella incógnita del espacio mientras apreciamos la Luna llena.
Pero sin lugar a dudas, siempre que hay cielo despejado, es un buen momento para apreciar la Luna y más si es con la compañía perfecta en una de estas pequeñas locuras aún inocentes.

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