martes, 9 de febrero de 2016

Andando en bicicleta bajo la lluvia


Hace algún tiempo atrás, leí una frase que me gustó mucho que preguntaba sobre cuando fue la última vez que hice algo por primera vez. En aquella ocasión me quedé pensando en que podría hacer pero no se me vino nada a la mente y olvidé un poco la frase y dejé que el tiempo pasara.

Siempre he dicho que me fascina mucho la lluvia, pues no hay nada como sentir cuando cada gota de agua al caer golpea cada parte del cuerpo, sintiendo como cada gota purifica lo más profundo del ser. También he comentado que me gusta mucho andar en bicicleta por la ciudad, porque me da la libertad de recorrer el camino de la manera que quiero y descubrir nuevos caminos dentro de una urbe un tanto monótona.

Hoy salí a recorrer la ciudad en bicicleta como lo hago de manera muy frecuente últimamente, cuando empezó a caer la lluvia de forma muy abundante tanto que inundó las pistas por donde yo estaba andando. Al principio sentí temor de caer y mojarme, pero mientras andaba comencé a adquirir confianza, vi lo divertido de andar en bicicleta bajo la lluvia y disfruté el viaje mientras salpicaba los charcos con las llantas y los automóviles me salpicaban agua. Fue espectacular esa maravillosa experiencia de andar en bicicleta bajo la lluvia, y me preguntaba porque nunca lo había hecho hasta que al intentar subir a la acera terminé resbalándome, cayendo y golpeándome la pierna, lo cual me provocó dolor pero también mucha risa.

Todo lo sucedido me hizo pensar, analizar y reflexionar; ya que andar en bicicleta bajo la lluvia es como la vida misma, pues al principio se tiene miedo a lo nuevo y diferente que sucede de manera inesperada; pero cuando hay atrevimiento, se comienza a disfrutar la experiencia que nutre nuestra existencia. Y al continuar con el camino, hay algunas caídas y golpes cuando menos se espera, pero la magnitud del dolor de esas caídas y golpes estarán en relación de la sabiduría (madurez, tolerancia, comprensión y mente abierta) para aceptar que a pesar de todo la vida es una bendición y que tenemos la oportunidad de levantarnos, interiorizar el mensaje de vida, aprender, crecer y evolucionar como seres humanamente imperfectos pero universalmente con vida.