lunes, 22 de junio de 2015

Luchar por mis sueños, la experiencia que cambió y marcó mi vida



Un día como hoy hace once años, comprendí el verdadero significado de la palabra luchar, el cual es persistir por hacer realidad nuestros sueños y convertirlos en objetivos. Y uno de ellos es hacer de nuestro mundo un lugar mejor para vivir comenzando por nuestro entorno más próximo, que en ese entonces era la universidad.


Aprendí que para dar el primer paso, hay que hacerlo con valentía; luego seguir y actuar con coherencia entre nuestras palabras y nuestros actos; pero para tener la fuerza necesaria es preciso ser parte de un grupo unido, y es allí donde yo conocí el valor del compañerismo y posteriormente de la amistad.

No es fácil ser y actuar de manera diferente, es nadar contra la corriente; pero si se requiere de un cambio, debemos comenzar por nosotros, rechazar el "no se puede" y decir "basta" al abuso, la corrupción, la violencia, la discriminación y la injusticia; porque de lo contrario, seremos parte del problema activa o pasivamente.

Un 22 de junio del año 2004, un grupo de jóvenes estudiantes universitarios tomó en campus de la UNT por 103 días de resistencia y lucha continua motivados por sus anhelos de una sociedad más justa en contra de la corrupción, la injusticia y el abuso. No fue fácil, nadie dijo que sería fácil pero se logró un pequeño cambio.

No se trata simplemente de celebrar un aniversario de un hecho sino de compartir una experiencia que marcó muchas vidas, invitar a ser diferente para generar un cambio e inspirar a muchos jóvenes a luchar por una sociedad más justa y mundo mejor, posiblemente se trate de objetivos utópicos pero son necesarios.

Hoy es día para recordar quien soy, un luchador. Es mi experiencia de vida, la experiencia que cambió y marcó mi vida...

"Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles." Bertolt Brecht







sábado, 13 de junio de 2015

El capitán y el problema



Ya han pasado muchos años, y el viejo capitán del cuartel de un ejército japonés ha decidido retirarse. Él siempre ha actuado con honor y sabiduría; y pretende que su legado continúe.

Después de pensar mucho, reúne a sus 10 mejores oficiales en su oficina y les muestra un florero con un diseño extraordinario y finos acabados que contenía una rosa bella cuya frescura y aroma se percibía en el ambiente.

El viejo capitán, dirigiéndose a sus oficiales, les muestra el florero y la rosa, diciéndoles que allí tienen un problema, y les pide que lo solucionen.

En la oficina se escuchan murmullos y después de unos segundos, uno de los oficiales se acerca a la mesa, coge el florero y la rosa entre sus manos y lo lanza al piso rompiéndose el florero y maltratándose la rosa.

Entonces el viejo capitán se acerca al oficial y lo nombra como el nuevo capitán; y le dice a los demás que siempre un problema será un problema por más bello que este se vea; pues los problemas no nos permiten avanzar en la vida hasta que nos liberamos de ellos y es entonces cuando comenzamos a vivir realmente.

Vive, sonríe, disfruta y avanza mientras puedas porque después sólo Dios sabe…