A veces, pensamos en el tiempo vivido, que olvidamos que estamos viviendo y no nos acordamos del futuro; porque el peso de lo que cargamos es tan grande que agobia nuestra intención de disfrutar cada instante de vida.
Y son momentos prestados, los que gastamos cada momento de tregua y silencio, pensando en los pocos y estrechos caminos que nos llevan a algún lado.
Y tal vez no son pocas las oportunidades sino egoístas y cobardes las intenciones de aprovechar cada oportunidad, pues para avanzar, debemos perder el miedo al cambio y a los desconocido, que nos congela en el mismo tiempo y lugar.
Tal vez esta mañana, esta noche, este día o el momento que menos esperas sea el indicado para darle un giro a esta ya conocida y conformista realidad.
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