martes, 31 de diciembre de 2019

Un nuevo 2020

La vida, en general, no es como la esperamos, pues nuestra historia es la suma de las experiencias, hubo momentos buenos y otros no tan buenos; pero todo, absolutamente todo, es parte de nuestro aprendizaje, crecimiento y evolución.
Las transiciones, los cambios y las decisiones a tomar son los momentos que nos detienen; quizás a pensar, seguramente a reflexionar y con toda certeza a enfrentar nuestros miedos; y todo ello es lo que nos define.
Un cambio se avecina, una nueva etapa, un año nuevo... ¡Rayos! Que rápido se pasó este año (2019) y que cosas pasaron, simplemente increíbles e inesperadas, aún cuando no fue como los esperamos son parte de esta etapa que se llama vida.
Dicen que debemos agradecer por todo, y seguramente si en un momento de encuentro con nosotros mismos, pero lo más rescatable de todo es que hoy estamos aquí, seguimos, tenemos una oportunidad para hacer de esta vida extraordinaria, sin saber que pasará mañana.
¡AHORA Y AQUÍ, ES MOMENTO DE DESEARNOS, PROYECTARNOS Y HACER UN 2020 LLENO DE TODO LO QUE ANHELAMOS...!

lunes, 9 de diciembre de 2019

Lluvia

Desde hace unos días antes de este viaje por senderos nuevos y desconocidos para mí, estaba pensando seriamente en escribir sobre como crecimos para cambiar en el camino y sobre los miedos que nos detienen pero que también nos atrevemos a enfrentar; pero por alguna razón no encontraba un momento preciso, o quizás no lo quería encontrar por algún freno interior que no reconocía.
Pero ahora entre el calor, los ríos y los árboles de la selva amazónica peruana, aparece la lluvia con un poder mágico que sólo ella tiene para motivar a la mente a dar forma a algunos pensamientos, allí quizás refugiados por un buen tiempo.
Sentado en el balcón viendo el interminable paisaje verde, la lluvia torrencial con vientos intensos y algunos pocos truenos propone sentarse, hacer una pausa, respirar, desahogarse, sentir y expresarse; entonces irónicamente todo mi ser encuentra un tipo de calma que necesitaba desde hace algún tiempo.
Confieso que el agua nunca ha sido mi elemento, pero la lluvia siempre ha tenido un extraordinario poder de encantarme, de apagar ese fuego interior que me consume y de devolverme a mi lado más esencial y naturalmente salvaje y elemental, aquel que normalmente se pierde entre la monotonía y rutina de un mundo innegablemente en extinción.
¡Cae lluvia bendita que creas los ríos, mueves los océanos, llenas de vida la tierra y purificas el ser, cae sin parar hasta que un nuevo inicio aparezca...!

sábado, 2 de noviembre de 2019

Querida


Querida, debo confesarte que no he dejado de pensar en ti y que sin querer mis miedos inactivos del pasado existen, como fantasmas triviales que me visitan algunas veces y silencian mi voz con el riesgo de desnaturalizar mi esencia, aquella que últimamente reprimo y desconozco, sin darme cuenta.


Un viaje inexplicable con nombre de canción y literatura se expresa como una locura con sentido, uno que tal vez ni yo mismo conozco; y una sonrisa invade mi rostro cuando recuerdo una noche de música, brindis y momentos tímidamente atrevidos, mientras en la oscuridad una silueta encantadora viste mi camiseta y la impregna con su aroma, aquella que me encanta y recuerdo.

Ahora mismo, mi mente pretende ser razonable para apaciguar algunos latidos y calmar el espíritu; pero por dentro una fuerza interior busca salir para no tan sólo decir que te quiero, sino expresar, con valor espontáneo y momentáneo, un poco más de lo que debo, sin esperar más de lo que creo, y creo seguramente que quiero que estés bien.

Querida, quisiera que sepas que la vida es breve, más de lo que crees, y hay mucho por hacer mientras estemos aquí, quisiera que sepas que adoro tus momentos en los que ríes descontroladamente, ojalá fuesen eternos y te llenen completamente hasta expulsar aquellos fantasmas del pasado que luchan batallas dentro de ti.

Hoy más que nunca, no tengo una real certeza de las cosas y no se que pasará mañana, si nos volveremos a ver o si estaremos aquí; pero si hay algo de lo que estoy seguro, es que tenemos que correr el riesgo y atrevernos a ir más allá de nuestros límites, de nuestras mentes y de nuestros miedos para hacerles frente, porque sólo de esa manera tendremos una oportunidad, la de vencerlos.

Hoy, por mi mente pasaron algunos pensamientos que me interrogaban y cuestionaban si el hecho de no decir o expresar más era una señal de autorepresión o quizás cobardía, porque seguramente es más fácil callar ante el miedo, cerrar todo el ser, irse y abandonar todo; sin embargo, ahora mismo, decidí quedarme, romper mi silencio, atreverme a sentirme vulnerable y correr el riego de volver a escribir y expresar lo que pienso y siento, después de mucho tiempo.

Querida, este es un homenaje para ti, una muestra de admiración y respeto a la mujer que me ha hecho volver a sentir y que llena calidamente mi ser, te quiero mucho pero no te pido nada hoy, y aunque quisiera con todas mis ganas poder ayudarte a luchar tus batallas, no puedo, es una tarea que debes aprender a afrontar, fortalecerte en el camino y finalmente evolucionar, querida…

miércoles, 1 de mayo de 2019

Hay que atreverse


Hay que atrevernos a perderlo todo para ganarlo todo...


Hoy mientras viajaba en bus de transporte público, subió un muchacho de nacionalidad venezolana con un violín, habló un poco y luego cordialmente invitó a los eventuales pasajeros a escuchar la melodía que iba a tocar. La verdad es que yo llevaba 16 horas de viaje en bus desde la Ciudad de Arequipa hasta la Ciudad de Lima, una caminata con una mochila pesada bajo el sol y mucho cansancio antes de una larga espera antes de volver a embarcarme para el siguiente viaje. Confieso que al principio sentí molestia por ver otra persona subiendo a los buses, algo que normalmente no siento, pero cuando comencé a escuchar la melodía de aquel violín, recordé el libro que estoy leyendo que habla del poder del ahora; entonces cerré los ojos, respiré, me relajé y me dejé llevar por el momento.

En aquel instante, comprendí entre la música que hay que tener mucho valor para demostrar nuestro talento, para comprender nuestra significancia, para enfrentar lo adverso, para conquistar lo imposible, para alegrar a un pesismista que olvido sonreír y agradecer cada día, sobretodo en este mundo. Hay que tener valor para cerrar los ojos, limitar los pensamientos, alejar el ego, romper con el ilusorio pasado, perdonar, perdonarnos, perder el miedo a lo nuevo, involucrarnos en una nueva vida interior y sobretodo sentir amor de verdad.

En todos los tiempos, vidas, procesos e historias, han habido crisis; pero depende de la actitud, predisposición y decisión con la que se afronta cada instante de la historia para convertirla en una oportunidad para aprender, crecer y evolucionar hasta el límite.

En este momento, millones de personas están dejando su vida, su tierra y a su familia, en búsqueda de una oportunidad; y muchos de ellos no hacen nada mejor que mostrar su talento y una buena actitud, que no es comprendida en su real magnitud; pues atrapados en los conflictos de nuestra mente y miedos, es fácil olvidar al prójimo y recordar que todos somos humanos; y es en este momento cuando recuerdo una frase escrita por una amiga, "yo tampoco se como vivir, sólo estoy improvisando", precisamente nos hemos olvidado de improvisar, de ser espontáneos.

Hay que atreverse a hacer lo que se debe hacer... 

Justo ahora estoy escribiendo después de mucho tiempo, después de varios acontecimientos que tal vez cuente en alguna loca y fantástica historia de esta mente que pretende liberarse de todas sus cadenas; me estoy atreviendo a escribir sin percibir la justa conjugación de mis frases y la real coherencia de mis ideas, pero tenía que hacerlo algún día mientras tuviera esta energía vital interna que me mueve, que nos mueve a todos siempre en el universo...