lunes, 17 de febrero de 2014

Un atardecer en Barranco

En atardeceres inesperados, el sol bajaba lentamente para dormir en el mar mientras la luna esperaba serenamente su turno para entrar en un cielo misterioso; mientras surge una pregunta que contradice la lógica de la naturaleza, pues es ciertamente imposible que el sol y la luna brillen en un mismo cielo, salvo en mitologías fabulosas; y fue así como el cielo de un Barranco en verano ya no fue más el mismo.

En momentos como los atardeceres, se cruzaron vidas y se tejieron historias que fueron contadas y recordadas en el tiempo pero muchas fueron olvidadas por la incomprensión del valor que implica vivir cada momento sin ser necesariamente el último.

Y es difícil comprender que seres dichosos son condenados a ser olvidados entre el cielo, el mar y el sol por el sólo hecho de intentar sentir una efímera esencia de felicidad ofrecida, prometida pero no cumplida, mientras en una vida tangente el arrepentimiento y dos palabras son motivo suficiente para un intento más que condena a ponerle fin a una historia de vida paralela.

Y la historia se quedó sin motivos para seguir escribiéndola pero con muchas argumentos para sustentarla, pues es difícil actuar con la razón cuando el origen de todo está en el corazón, y aún así es poco comprensible optar por la resignación porque es difícil dejar ir aquello que se quiere...

jueves, 13 de febrero de 2014

Cambiando el sonido del mundo

A veces me pregunto quien sabe la verdad de todo lo que incomprensiblemente sucede en el mundo, de aquello que escapa del flujo normal o esperado de las cosas, y que nos deja en un espacio vacío que no tiene tiempo definido.

Mientras ensayo un intento de comprensión, hago una pausa para correr y correr por el malecón entre las palmeras, viendo desde lo alto el mar tranquilo de esta noche adornada por una gran Luna llena y muchas estrellas brillantes; pero esta noche es diferente, pues la música añadida al trayecto transmite una fuerza especial al alma que es capaz de mover un cuerpo casi agotado.

Pero la mente es muy contradictoria, parece que tiene vida propia, no para de pensar y pensar buscando explicaciones a los sentimientos donde no existe razón; entonces cuando temo perder el control de mis pensamientos más bajos hasta ya no poder reprimir más mis sentimientos llenos de impotencia. Aunque la música esta liberando todo la rabia contenida, tanto que mi cuerpo corre más rápido por el malecón como si estuviera lleno de una furia incontrolable.

Recuerdo que después de aquella época pasada de mucha violencia sin sentido, era necesario buscar una nueva forma de comunicación, y sólo pensé que tratando a los demás como nos gustaría que nos traten sería suficiente. Se podría decir con certeza que traté de ser una especie de mensajero de vida, de esperanza y de lucha, pero el interior de un ser humano es tan complejo que me he ganado mil y un decepciones que han dañado un corazón que a pesar de todo sigue latiendo.

Sigo corriendo por el malecón, escuchando aquella música, abstraído del entorno y sin poder reprimir la rabia y la impotencia de los últimos acontecimientos que se repiten casi cíclicamente, con ganas de gritar muy fuerte, y me pregunto ahora si tal vez sólo debería dejar que lo más bajo de mi ser se exprese.

El trayecto del malecón terminó y sólo escuchaba la música de las canciones que me acompañaron, algo había pasado porque hasta ese momento no había tenido la oportunidad de pensar tanto, fue cuando decidí desconectarme de la música y recién pude volver a escuchar el sonido del mundo nuevamente...

martes, 11 de febrero de 2014

Una forma de sentir, pensar, actuar y vivir

No es moralismo, filosofía ni psicología, sino sentido común con algo de experiencia de vida, para eliminar prejuicios que muchas veces nos invaden.

Una sonrisa no es inmadurez sino una señal de alegría y confianza; y un gesto de amabilidad no es una señal de debilidad sino una forma expresar respeto.

La experiencia no se mide por la edad ni la apariencia externa sino por la forma de pensar, sentir y actuar.

Un error es una consecuencia de la imperfecta naturaleza humana, el cual se puede meditar, corregir y perdonar con humildad y sabiduría.

Muchas veces se ha dicho pero es cierto que el verdadero tiempo de vida se mide por las veces que hacemos que nuestra existencia sea extraordinaria.

El sentido común facilita nuestras decisiones pero a veces es necesario analizar lógicamente cada acción para sentirnos seguros.

Luchar en la vida no implica ser violento sino soñar, persistir y lograr los objetivos planteados; y la firmeza (mas no la dureza) le da valor a nuestras acciones o cuando expresamos un algo poderoso.

domingo, 9 de febrero de 2014

Un domingo distinto a todos los demás

En la casa de las puertas blancas, el domingo comenzó muy temprano, abriendo los ojos quizás casi en la oscuridad de una madrugada de verano, y sólo se percibía la sensación de haber despertado de un sueño impotente después de varios días de encierro entre cuatro paredes blancas y una ventana. Es obvio saber que es difícil ocultar con la mente lo que alma está padeciendo, y sólo se tiene la certeza de que las lágrimas impotentes ya no son reclamos sino desahogos de vida que se acumulan en intentos de sentir el amor, uno que al parecer se recibe después de jugar en una lotería de vida.

Mientras los pensamientos rondan la mente, una sensación extraña en el pecho no permite respirar, obligando al cuerpo a salir a caminar, y es posible que la necesidad o claramente la fe lleva al hombre a buscar un calmante espiritual, de esos que alivian la pesada carga del alma.

Y una conclusión es evidente, pues el sin sabor más grande no está en lo que terminó sino todo aquello que quedó inconcluso, o que tal vez nunca comenzó por una parte, mientras que la otra parte lo dio, dijo e hizo todo sin reclamos, esperando respuestas que fueron evadidas pero inspirando argumentos que fueron reprimidos cruelmente por una lógica difícil de comprender pero respetable al mismo tiempo.

Al salir a caminar, la ansias de escribir se apoderan de la voluntad en esta mañana, mientras una banca de un parque atrás de una iglesia invita a ser su complemente perfecto, mirando la inmensidad del mar, donde un simple observador intenta reprimir los gritos profundos por no comprender el impredecible e inexplicable comportamiento humano.

La lógica dice que no se puede devolver pasos al camino; pero la voluntad intenta explicar que al caminar nuevamente por el mismo lugar es posible devolver momentos hasta llenar de nuevos recuerdos cada espacio; y es seguro que mirando el mar desde lo alto, sintiendo el vacío y la brisa en el rostro cerrando los ojos, es la mejor terapia para la nostalgia, y al abrir nuevamente los ojos se tiene la sensación de que una nueva vida comenzó.

Pero falta algo más, quizás establecer un equilibrio que en algún momento de la vida se perdió; con certeza, no es un tema de religión mas si de fe, pues es momento de entrar en contacto con ese ser superior y omnipotente que es capaz de dar paz al alma, limpiar el corazón y dejarlo listo para perdonar a aquellos que nos hicieron daño, lo cual sólo se logra amando al prójimo. Fue en una ceremonia, donde el espíritu se entregó nuevamente en un pacto de amor, el cual se selló con una oración de agradecimiento para dar espacio y tiempo a una nueva vida, la mía...

lunes, 3 de febrero de 2014

De las palabras al universo


Palabras más, palabras menos, no suman ni restan pasos al camino de laureles caídos en intentos de gloria sin victoria, o simplemente fueron rosas olvidadas en manos de sirenas quizás encantadas con amnesia adoptada en razones alocadas por el reflejo de la Luna.

Pues son intentos presentes de vidas pasadas añoradas, aquellos que fijan la sincronía de corazones condenados o tan sólo olvidados por la interacción indiferente de Venus y Marte en pequeños universos paralelos que divergen por un mundo, Tierra, que tan sólo gira y gira sin parar y sin razón.

Y es allí donde los ojos impotentes de un universo desconocido pretenden ordenar un eterno desequilibrio que en un instante inesperado y posiblemente espontáneo se llamo irónicamente vida.

Finalmente son palabras de vida, de alguna vida, que reflejan alguna tímida esperanza de atraer la atención del universo porque el mundo ya perdió todo.