Un ser no tan común tiene una nueva y original visión del mundo desde un lugar muy particular e intenta expresar y compartir sus experiencias de vida, desde pensamientos lógicos, sentimientos sublimes, ideas extraordinarias hasta sueños maravillosamente utópicos. Y todo para divertirse expresando lo que es o pretende ser al intentar vivir. ¡Bienvenidos a mi mundo...!
jueves, 13 de octubre de 2022
Conversación con el niño que era una vez
jueves, 18 de noviembre de 2021
Una carta al cielo
Han pasado ya cinco años sin ti y no tengo muchas fotos contigo; no es para menos, pues siempre andábamos conversando o caminando; pero esas pocas imágenes que tengo contigo son muy significativas, siempre estuvimos presentes en los momentos más importantes de nuestras vidas.
Desde que ya no estás, las cosas no han sido tan fáciles;
pero intentamos seguir cada día a nuestro ritmo y en nuestro modo, procurando
ser empáticos con los demás, aunque no es tan sencillo. No se lo he dicho casi
a nadie, pero este mundo está totalmente loco, ya nadie le da valor a las cosas
que valen realmente la pena.
Tengo muchas cosas que contarte, tantas que las tengo
demasiado acumuladas en mi mente, pero seguramente algún día lo haré, como en aquellas
conversaciones de los atardeceres frente al mar, muy cerca al muelle de la
playa donde siempre íbamos.
Seguramente, te preguntarás si me sigo enamorando de esa
forma tan tonta y romántica como siempre lo hacía; sinceramente, me ha pasado
algunas veces, pero también aprendí a ser fuerte y tomar decisiones, a cuidar
más este loco “corazón” que anda en una pausa necesaria o quizás en una represión
inadvertida; un día lo sabremos.
Mientras tanto, te sorprendería, pero aprendí el verdadero
significado del amor, aquel que va más allá de los ojos, aquel que no quiere poseer
algo ni juzga. ¿Costó entenderlo? Por supuesto que sí, pero valió pena aprender
a amar, empezando por el amor propio, cada elemento de este universo con todas
sus imperfecciones. Aunque, te confieso que cada vez me cuesta más abrirme a
este mundo y escribir como lo hago ahora al recordarte; seguramente, son etapas
que pasamos, pero que pasan, espero.
Tranquilo, no me he olvidado de Dios, él siempre está
presente y le agradezco cada día la bendición de habernos hecho coincidir entre
tantos tiempos e infinitos espacios para escribir esta extraordinaria historia
de amistad.
Y aunque desde que te fuiste, mi vida no fue la misma, crecí
teniendo siempre a mi mejor amigo, mi hermano del alma, aquel que siempre
estaba cuando el mundo estaba de cabeza; y a pesar de tu ausencia, agradezco infinitamente
el tiempo que estuviste en nuestras vidas.
Dondequiera que estés, esta carta es para ti, una carta al cielo…
¡Feliz cumpleaños, mi hermano del alma!
lunes, 23 de agosto de 2021
Imperfección
domingo, 18 de julio de 2021
Sin palabras
Esta noche, después de un par de copas de vino, surgieron algunas breves palabras para expresar todo lo que, allí adentro, anda dando mil vueltas; pero a la vez, el ambiente está rodeado de una extraña sensación de calma necesaria.
No se trata de historias de amor sino de historias de vida y de vidas que ya no están desde hace relativamente poco tiempo pero están siempre presentes en los recuerdos.
Tampoco se trata de buscar o encontrar a la persona indicada sino de coincidir con los seres imperfectamente locos que se atreven a seguir siempre con las heridas aún expuestas.
Quizás es oportuno alejarse, muy pero muy lejos, de todo aquello que nos pesa y no nos deja caminar, quizás volar, hasta donde soñamos cuando éramos tan sólo niños.
Es un momento efímero, que hay que aprovechar, de inspiración en la madrugada musical que me recuerda, que a pesar de la simple humanidad, hay una extraordinaria esencia escondida dentro de un cuerpo; o quizás comprendí, quizás nuevamente, que tenemos siempre un final, aunque casi siempre se ignore.
Son tiempos para ser menos evidentes, para dejar de mostrarnos al mundo y tan sólo sentir, sentirnos nosotros mismos, cerrar los ojos, respirar profundamente en el silencio interior de nuestro espíritu y comenzar a ser sinceramente felices, pero con amor propio.
No son tiempos de dar consejos perfectamente adecuados que casi nunca practicamos, no busquemos palabras llenas de sabiduría, simplemente estemos presentes dentro de toda esta imperfecta vida; ya que en cien años no estaremos aquí...
jueves, 8 de abril de 2021
Siempre adelante
miércoles, 30 de diciembre de 2020
Las mejores historias
jueves, 1 de octubre de 2020
Cambios y pausas
Esta tarde del primer día del antepenúltimo mes del año, en mi mente un pensamiento inquieto busca el mejor punto de partida para volver a escribir después de una larga abstinencia, la cual justificaré pertinentemente sólo como un periodo de amnesia. Mientras tanto, a través de la ventana (la misma de siempre donde esta locura comenzó hace varios años), se percibe un mundo que afronta un tiempo de cambios (una pandemia, muchas crisis y algo más), que nos ha paralizado, por el miedo y la incertidumbre. Y no es para menos, pues sin Borges, Cabral, Gabo, Quino y otros más…, me pregunto qué queda de la conciencia del mundo, de aquella que alguna vez tuvo o por lo menos intento tener.
Con todo sucediendo, los abuelos partieron, los padres ya no están, los hermanos se ausentaron, los amigos se alejaron, ya no está más el mejor amigo (aquel que siempre estaba), el amor se perdió en el camino…, bueno, el amor aún está pero en otra forma. Mientras seguimos aquí y así, es necesaria una pausa para asimilar los cambios, recordando a los que se fueron y reflexionando sobre nosotros mismos que seguimos aquí mientras el mundo gira y gira, aunque de un modo evidentemente diferente, sin naturalidad y sin importar si los Homo (no tan) sapiens seguimos aquí.
Las canciones ya no tienen la misma melodía y los libros ya no contienen el mensaje preciso que antes encontraba al abrirlos. Pero, en la evasión del café y la colaboración de una copa de vino, hago otra pausa y me pregunto curiosamente si sus besos (de aquellos momentos reservada y brevemente inolvidables) aún saben igual mientras cerraba aquellos ojos bellos que se escondían tras esos cabellos lindos y raros que dibujaban su silueta desnuda en la oscuridad, algo a lo que yo llamo felicidad. ¿Qué tanta certeza tiene aquella canción que dice que el amor es la peor de las guerras? Y seguramente, un buen viaje, de aquellos que no duran menos de treinta días y se lleva sólo una mochila, puede calmar la ansiedad por más pausas.
La vida es como es, la realidad es la sincera verdad a la que le falta un toque de esperanza, algo más de fe y mucho amor; pero es momento de una pausa más, es decir de un punto de partida para reinventar este incompresible (y, demasiadas veces, absurdo) mundo, que necesita menos apariencia superficial, más presencia de calidad y mucha experiencia de vida; y en cada uno (con nuestra imperfecta naturaleza) aprender el valor del respeto, la gratitud y el perdón. Cuanta verdad obsoleta e innecesaria haya en nuestra mente, es momento de eliminarla y volver a aprender y así darnos la oportunidad de crecer y evolucionar; de lo contrario, simplemente estaremos condenados a la extinción.
¡Es tiempo de poner pausas
necesariamente vitales a los cambios vertiginosamente inevitables…!