miércoles, 18 de febrero de 2015

Colores de un atardecer para una brujita


Barranco, 15 de enero del 2015.

El perdón espera intranquilamente una oportunidad mientras esta tarde de verano esta terminando muy cerca al malecón, pero un presentimiento me dice que aún puedo llegar a ver el encuentro más hermoso entre el el sol y el mar, para tan sólo intentar capturar uno de los atardeceres más bellos que no has visto aún, y que anhelo regalártelo en un ramo de promesas mientras mi argumento repetido pero diferente busca tener más valor porque se llenó de verdad en tus palabras claves, aquellas que aún no se porque pero llegaron hasta mi alma.

El espectáculo terminó y una breve pero relajante caminata a casa invita a escribir algo al empezar la noche, pero en honor a la verdad, no se que tanto escribiré, quizás lo justo para contar una historia loca pero interesante o escribir algo de tu maravillosa vida que me encantó, pues es la historia de una brujita con la energía más pura que el destino me presentó y hasta ahora no he sabido agradecer a Dios.

Llegaste en un momento que no lo esperaba y mis esquemas se rompieron agradablemente hasta desordenar mis pensamientos e inquietar mis sentimientos sin comprensión humana alguna.

Al despertar de un instante extraño, hago un mea culpa mientras espero encontrarte en mis sueños y poder viajar por el mundo en tan sólo una noche que quedó pendiente, o tal vez fueron mil noches no recordadas de un año ya pasado.

Mientras mi escasa fe crece y espera tus palabras llenas de locura y alegría, dos botellas de vino tinto aguardan una larga charla nocturna y un brindis loco por la vida y los pétalos de tres rosas son testigos de tu promesa, pues un libro espera ansiosamente el último capítulo del inicio de la historia.
No se si te lo he dicho pero esta noche, tengo la esperanza de leer algunas palabras tuyas que siempre motivan mis momentos porque simplemente no puedo reír sin ti...

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