martes, 6 de agosto de 2013

Un concepto diferente de la vida, del incio y del final

Hace casi un año, leí una historia que me hizo pensar mucho sobre la vida, y de alguna manera me di cuenta que somos seres formados por pensamientos y sentimientos, lo cuales compartimos en cada interacción con la gente que nos rodea, y de alguna manera vamos trasmitiendo nuestra esencia, y en ella van muchas ideas.
Lamentablemente, muchas veces esas ideas trasmiten miedo, el cual nos detiene cuando queremos avanzar. Ese miedo no nos permite avanzar, muchas veces por temor a fallar, errar o perder; pero el mayor miedo es conocer la verdad, aquello de seguro nos hará sentir libres y con esperanza. 
Y esta linda historia (parábola) nos abre la mente con un toque de esperanza que no podemos dejar de disfrutar y cuyo mensaje se debe aprovechar...


PARÁBOLA DE LOS GEMELOS
Una conversación fascinante.

Autor: Henry J. M. Nouwen

En el vientre de una mujer embarazada se encontraban dos bebés. Uno pregunta al otro:
-¿Tú crees en la vida después del parto?
- Claro que sí. Algo debe existir después del parto. Tal vez estemos aquí porque necesitamos prepararnos para lo que seremos más tarde. 
- ¡Tonterías! No hay vida después del parto. ¿Cómo sería esa vida? 
- No lo sé pero seguramente... habrá más luz que aquí. Tal vez caminemos con nuestros propios pies y nos alimentemos por la boca. 
- ¡Eso es absurdo! Caminar es imposible. ¿Y comer por la boca? ¡Eso es ridículo! El cordón umbilical es por donde nos alimentamos. Yo te digo una cosa: la vida después del parto está excluida. El cordón umbilical es demasiado corto. 
- Pues yo creo que debe haber algo. Y tal vez sea sólo un poco distinto a lo que estamos acostumbrados a tener aquí.
- Pero nadie ha vuelto nunca del más allá, después del parto. El parto es el final de la vida. Y a fin de cuentas, la vida no es más que una angustiosa existencia en la oscuridad que no lleva a nada. 
- Bueno, yo no sé exactamente cómo será después del parto, pero seguro que veremos a mamá y ella nos cuidará. - ¿Mamá? ¿Tú crees en mamá? ¿Y dónde crees tú que está ella?
- ¿Dónde? ¡En todo nuestro alrededor! En ella y a través de ella es como vivimos. Sin ella todo este mundo no existiría. 
- ¡Pues yo no me lo creo! Nunca he visto a mamá, por lo tanto, es lógico que no exista. 
- Bueno, pero a veces, cuando estamos en silencio, tú puedes oírla cantando o sentir cómo acaricia nuestro mundo. ¿Sabes?... Yo pienso que hay una vida real que nos espera y que ahora solamente estamos preparándonos para ella...

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