domingo, 14 de septiembre de 2014

Una lección de vida de un bello ser

Quizás se trate de una realidad que muchos conocen, pero que muy pocos interiorizan y toman conciencia para tan sólo buscar un poco de coherencia en la vida, y resolver una incógnita sobre lo justo que es el destino, si así se le puede llamar. Pero lo cierto de todo es que los seres más sencillos y humildes dan un ejemplo de vida sin usar muchas palabras.

Es sábado por la tarde, casi noche, y no hay mucho por hacer, cuando de pronto una llamada inesperada de María invita a hacer una visita a un lugar muy diferente, según sus palabras; pues la idea era pasar la noche en ese lugar. Mientras que la curiosidad va invadiendo la mente, pero aún así la invitación fue aceptada.

Solo basto un viaje en un par de bus por un poco más de una hora para llegar al lugar indicado, el cual era una casa pequeña en un lugar algo oscuro. Al tocar la puerta salió María, invitando a entrar en la casa, la sorpresa fue mayor cuando al percibir que se trataba de un albergue de niños abandonados, pues la idea era ayudar a los niños durante toda la noche, lo cual motivó a ser parte del grupo que había ido a hacer tan admirable labor.

Había mucho por hacer en la casa, pero todo era divertido con las ocurrencias de niños tan pequeños que se ingeniaban para hacer travesuras; hasta que la voz tierna de un niño se escucho, era Luis, un pequeño niño de 5 años en una silla de ruedas que abrazaba un peluche mientras sonreía con mucha alegría, su sonrisa era bella y contagiante, pero fue muy duro saber que sufría de osteogénesis imperfecta (una enfermedad genética conocida también como "huesos de cristal"). En ese momento, una sensación invadió el pecho, tanto que no daba opción a respirar fácilmente, era una sensación que taladraba mi corazón; y de pronto, y la primera reacción fue buscar un ambiente para estar solo, hasta llegar a una habitación vacía y al cerrar la puerta, el cuerpo cayó al piso, apoyando la espalda en la pared mientras que la lágrimas cayeron con tanta amargura al llorar incansablemente, pensando que la vida es injusta muchas veces con los que menos lo merecen; pues un bello ser dio una lección de vida que difícilmente se olvidará; y es cierto cuando se dice que la vida se mide por las veces que sonreímos.

No dejemos que los problemas no nos permitan ver la belleza de la vida, pues hay cosas más importantes que valen la pena como la alegría y hacer del mundo un lugar mejor para vivir, y todo con acciones tan simples...

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