lunes, 17 de marzo de 2014

Mea culpa, lo olvidé

Muchas noches sin dormir y de pronto mi mente se despierta pensando en aquellas cosas que olvidé y no hice, aquellas que quizás hubiesen cambiado el presente y tal vez el futuro.

Olvidé sorprenderte una noche con una botella de champagne helado mientras el golpe de nuestras copas hacía un brindis por la vida sin saber que pasará mañana, sintiendo tan sólo el presente.

Olvidé regalarte chocolates para endulzar tu boca y probar de tus labios el sabor que me regalaba un nuevo concepto de vida, uno que cambió todos mis esquemas.

Olvidé colocar una rosa roja sobre tu almohada para que inspire tus sueños mientras admiraba tu rostro iluminado por luz de la luna en cada noche.

Olvidé escribirte una nota con frases bellas cada mañana para decirte cuán importante eras para mí, convencerte que todos nuestros sueños son posibles y que todo lo que conocía como vida tuvo un nuevo comienzo en ti.

Olvidé esparcir pétalos de rosas rojas formando un corazón sobre las sábanas blancas de la cama para que se fusionaran perfectamente con tu cuerpo y motivara tu alma.

Olvidé mostrarte a ese ser con ganas de vivir que le gusta ver la luna e imaginar tu rostro en ella mientras está echado sobre el techo y que con un beso tuyo puede hacer cosas extraordinarias, teniendo como testigo al universo.

Olvidé invitarte a bailar bajo la lluvia abriendo los brazos y sintiendo el golpe de cada gota sobre nuestros cuerpos hasta empaparnos de alegría.

Olvidé invitarte a viajar por todo el mundo para descubrir lugares maravillosos donde besarnos desesperadamente y gritar locamente a las montañas o al mar lo que siento por ti.

Olvidé mi locura en la razón del mundo, perdí la magia en dos noches robadas y reprimí mi pasión en tres amores sin explicación. Y en el lamento de algunos días y muchas noches, no tuve la oportunidad de mostrarte mis elementos porque olvidé quien era en verdad, hasta que ya fue tarde, me culpa…

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