sábado, 8 de marzo de 2014

Entre el mar y la lluvia

Apoyado en aquel árbol del malecón, después de apreciar el mar y las gaviotas volar en un día nublado, tan sólo basta cerrar los ojos cuando aquellas gotas de lluvia golpean suavemente cada parte del cuerpo para que el alma se regocije como un niño inocente.

Mientras los pensamientos fluyen dando forma a un nuevo esquema de vida que es sencillo y humilde pero también valiente, decidido y persistente por los sueños que son el inicio de los hechos que configurarán un mundo nuevo sin los miedos y complejos del pasado.

Aceptando la verdad interior y la realidad presente, en una decisión, la vida toma un nuevo orden universal para buscar un equilibrio que sin ser perfecto pretende ser armónicamente adecuado a los ojos de un ser superior donde sólo él tiene el don de perdonar nuestra imperfecta naturaleza humana.

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