miércoles, 1 de enero de 2014

Al final y al inicio, todo al mismo tiempo

Al inicio de un año extraño, un conejo comenzó su viaje por el mundo de la no maravillas en busca de la reina de corazones en tierras lejanas para preguntarle si realmente un instante es para siempre y cuanto metros redondos hay entre la Luna y la Tierra, mientras hay una fiesta entre Marte y Venus.

Fue entonces cuando en el inicio de un cuento casi escrito, una gata dorada encanta al conejo con sus ojos para retenerlo en instantes sin destino, que las ninfas confabulan en la confusión; pero de pronto, en un momento de locura recobra la razón para escapar hacia una libertad tácita pero soñada.

Y puede ser que sonrisas deslumbrantes, cabellos raramente bellos, voces en silencio o besos dibujados pretendan descubrir la extraña belleza de la vida quizás inspirando sueños encantados o que simplemente fueron imaginados en una ilógica razón o en locuras desesperadas.

Luego, hubo un tiempo en el que los intentos por vivir se convirtieron en motivos para sobrevivir dentro de una historia impensada con proyección a aventuras nuevas con sabor a pesadillas no deseadas pero que sirvieron para aprender, fortalecer el corazón y motivar el espíritu.

Finalmente, llegó un momento de descanso en el que el conejo encontró aves cantoras de sinfonías dulces, reposando en árboles de esperanza, que atraparon su interés hasta quedar dormido bajo las ramas de aquellos árboles de donde un colibrí descendió para posarse muy cerca al viajero que profundamente dormido estaba...

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