(Lima, 15 de noviembre del 2011)
Han pasado 10 años y sigues siendo el mismo, te pasan las mismas cosas, las mismas aventuras y sigues viviendo, tratando de ser parte de algo que no existe aún pero que quieres inventarlo; y mientras tanto asimilas el dolor cada vez más rápido, en 15 minutos exactamente, pero ahora también sonríes tratando de animar a los que te rodean, aunque en el fondo no tienes ganas, pero a pesar de las desventuras aún sigues buscando esa oportunidad especial y única para descubrir quién eres en verdad.
En un día ordinario, improvisas un amigo cuando caminas, le cuentas una de tus historias y te sorprendes de lo que contaste, pues parecía ya olvidado o tan sólo parte de uno de tus sueños no vividos pero que en verdad sucedió, a veces hiciste bien, a veces no, pero siempre piensas en Dios y tratas de entregar la vida si fuera posible por una amistad de verdad, aunque hay pocas en verdad, pero por tu madre darías todo hasta tu alma, pues los principios que marco en tu mente quedaron tatuados eternamente.
Pero también descubriste la palabra que identifica tu vida de una manera que en verdad no quieres pensar, y esa palabra “nunca” está tatuada en tu alma para que el destino la identifique siempre, pero que importa si las aventuras continúan, pues toda tu historia no contada no termina aquí sino aquí empieza y "nunca” se acaba, pues tu historia "nunca" ha sido escrita aunque tu suerte está echada.
Sigues viviendo en dos mundos paralelos, en un sueño llamado vida y en un mundo virtual donde todo es más real, ambos te hacen felices y a veces tratas de que ambos se junten para que tal vez seas feliz.
Sueñas con compartir lo que escribes, al estilo de Borges, del "Gabo" y de Vargas Llosa, y piensas que tal vez esta historia sería más atractiva si tuviera acento colombiano, argentino o español…
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