
Muchos nos sumamos a la causa del padre de Walter sin distinción de camiseta por la indignación e identificación que sentimos al saber que nosotros podríamos haber sido las víctimas por el simple hecho de estar en el lugar y momento equivocado.
En el lugar del padre de Walter, muchos se hubiesen derrumbado con justa razón, pero el decidió mantenerse de pie, exigir respeto y luchar por obtener justicia en un país donde lamentablemente la justicia se negocia, siendo un secreto a voces, pero ese es otro tema. Don Walter Oyarce, padre de Walter, le dio un nuevo objetivo y propósito a su vida, el cual es decirle NO A LA VIOLENCIA, comenzando un proyecto con jóvenes que viven en zonas de riesgo y dando charlas en instituciones como universidades y colegios.
Con todo esto, debemos comprender que las experiencias difíciles de la vida no necesariamente vienen a hacernos caer, sino que traen un mensaje poderoso de fe y esperanza para hacer cambios que se proyecten hacia la vida de los demás.
Yo me sumo a esta extraordinaria causa, expresando mi admiración por lo que el padre de Walter ha logrado, está logrando y logrará con ese valioso espíritu fortalecido por la memoria y alma de su hijo. Es momento de comprender y hacer comprender a todo un país que la vida, la verdad y la justicia tienen más valor que el poder y el dinero. ¡Cambiemos esta sociedad y llevémosla a un alto nivel de conciencia y respeto...!