sábado, 4 de mayo de 2013

Una historia personal que quiero compartir

Un día normal en casa durante el año 2010, estábamos hablando en familia sobre cual sería el modelo de la puerta de la casa, y de pronto mi padre y yo al no coincidir en el diseño empezamos a discutir, cada vez de manera más fuerte hasta llegar a faltarnos el respeto verbalmente. El se fue a la sala y yo me fui a mi habitación, entre a internet enojado y con mucha ira. En un chat del internet, encontré a mi amiga Romina (una fiel creyente e hija de Dios a quien quiero mucho); así que le conté lo sucedido y me dijo que le pidiera disculpas a mi padre y que dijera que lo quiero; yo creyendo tener la razón le dije que no haría eso y ella me insistió 3 veces hasta convencerme de hacerlo aunque yo no estaba muy seguro.

Fui a la sala y me acerqué con mucho incertidumbre a mi padre y parándome frente a él le dije: "papá, discúlpame por todo, yo te quiero"; fue entonces cuando ambos empezamos a llorar desahogándonos por el tiempo de enfrentamientos que eran muchos años en verdad. Agradecí a Dios por ese momento en el que llegué a apreciar a mi familia que es lo más valioso con lo que he sido bendecido.

Aprendí que la vida es corta, la distancia es grande, el tiempo es breve y el futuro es impredecible como para andar molestos y con resentimientos que no nos dejan avanzar, la dureza del corazón se rompe con amor. Por eso hoy llamé a mis padres y les dije cuanto los amo ahora que puedo decirles porque mañana sólo Dios sabe...

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